En Clínica Nivaria contamos una Unidad de Oftalmología Pediátrica con especialistas Oftalmólogos en Enfermedades Visuales Infantiles. Nos ocupamos del correcto desarrollo visual de los niños con diagnósticos y tratamientos avanzados, desde los primeros meses de vida hasta la adolescencia. La oftalmología pediátrica es la parte especializada de los problemas de visión de los niños. Por ello, la prevención y la detección precoz de patología oculares en la infancia es muy importante. La agudeza visual del ojo de un niño va mejorando desde que nace y va cambiando a medida que va creciendo. A los 3 años su agudeza visual alcanza un 50%, llegando al 100% a los 5 años. Por esto, los primeros años de vida hasta los 7 u 8 años, son cruciales para un correcto desarrollo visual. Durante este periodo de desarrollo es habitual detectar anomalías que impidan una evolución visual normal y anomalías que si no se detectaran a tiempo podrían provocar secuelas irreversibles para toda la vida, ya que por ejemplo la ambliopía u “ojo vago” después de esa edad es de muy difícil manejo.
En este sentido, en Clínica Nivaria nuestros oftalmólogos pediátricos se ocupan de la detección de estos trastornos, los cuales insisten en que el papel de los padres es fundamental a la hora de observar posibles problemas.
¿Cuándo se debe acudir a una revisión pediátrica?
Si no se presentan signos sospechosos (desviaciones oculares, alteraciones del normal aspecto ocular) es a partir de los 3-4 años es el momento adecuado para comenzar con la primera consulta oftalmológica pediátrica, incluso si el desarrollo del niño surge con normalidad. Es una edad en la que ya el niño o la niña pueden colaborar en una exploración oftalmológica sencilla, además de ser un momento ideal para poder detectar de forma precoz futuros casos de ambliopía u ojo vago o defectos refractivos.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes en pediatría oftalmológica?
- “Ojo vago” o ambliopía. La ambliopía u “ojo vago” es una de las principales causas de pérdida de visión irrecuperable en los países desarrollados. Debe ser detectada cuanto antes para su correcto manejo.
- Defectos refractivos. Los defectos refractivos que pueden aparecer desde la infancia son la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía. Provocan una visión desenfocada, sin nitidez. Es muy importante su detección precoz porque pueden afectar al rendimiento escolar y hay que tener en cuenta que los niños pueden no manifestar quejas ante posibles síntomas.
- Estrabismo infantil. El estrabismo infantil es la desviación anormal de uno o ambos ojos en todas o alguna de las posiciones de la mirada. Cuando esto ocurre, se pierde el paralelismo de los ejes oculares y esto hace que se altere la visión binocular (vison de relieve o “3D”). Esta falta de alineación hace que ambos ojos no puedan enfocar un mismo punto simultáneamente. Cuando ésto ocurre en la infancia se da un fenómeno de adaptación por el cual el cerebro selecciona la imagen de mejor calidad y desconecta la visión del otro ojo con lo que evita la visión doble que aparecería como consecuencia de no poder ver con ambos ojos exactamente la misma imagen.
¿Qué síntomas puede presentar un niño para alertar a sus padres para acudir a una revisión oftalmológica?
- Lagrimeo continuo en alguno de los dos ojos o en ambos.
- Legañas frecuentes al levantarse.
- La pupila debe ser negra, si es blanca (leucocoria) o no es redonda hay que acudir al oftalmólogo.
- Caída de uno o ambos párpados superiores (ptosis palpebral).
- Movimientos oculares involuntarios laterales de “vaiven” (nistagmus).
- Además, los padres deberán observar si el niño o la niña se acerca mucho al papel al leer o al mirar la televisión, si fija sus ojos o si se frota con frecuencia, o si tiene muchos dolores de cabeza.