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Glaucoma

El glaucoma es una enfermedad degenerativa causada por el aumento de la presión dentro del ojo. El tratamiento del glaucoma tiene como objetivo reducir la presión dentro del ojo. En Clínica Nivaria tenemos amplia experiencia así como expertos especialistas en glaucoma.

La pérdida de visión causada por el glaucoma es irreversible, pero si se detecta a tiempo y se sigue un tratamiento con cuidado y constancia, se puede conservar la visión. Por lo general, el glaucoma se puede controlar con medicamentos o cirugía. Si se le diagnostica esta enfermedad, es importante que siga un plan de tratamiento sin faltas.

Cirugía del Glaucoma

El tratamiento para el glaucoma comprene la cirugía láser (trabeculoplastia), cirugía convencional o una combinación de cualquiera de estos métodos. Se recomiendan la cirugía láser antes que la microcirugía filtrante, a menos que la presión del ojo sea muy elevada o que el nervio óptico esté gravemente dañado.

Tipos de glaucoma
  • Glaucoma de ángulo abierto, ocurre cuando el fluido intraocular tiene dificultad para tener un óptimo drenaje. Este tipo de glaucoma reduce de forma gradual la visión periférica y en general no presenta síntomas hasta estadios avanzados. Para cuando se comience a apreciar los síntomas, ya habrá ocurrido daño permanente e irrecuperable, por lo que la prevención (toma de presión intraocular y valoración de fondo de ojo) es primordial.
  • Glaucoma de ángulo cerrado, se produce por bloqueo de la zona de drenaje dando lugar a síntomas repentinos como dolor en el ojo, cefaleas, halos rodeando las luces, dilatación de las pupilas, pérdida de visión, ojos rojos, náuseas y vómitos.
  • Glaucoma de tensión normal (GTN), en este caso, el nervio óptico se daña a pesar de que la presión ocular no es muy elevada. Suele deberse a mala circulación ocular y a enfermedades sistémicas así como a malos hábitos (alcohol, tabaco…).
  • Glaucoma congénito, surge en bebés cuando se da un desarrollo incorrecto o incompleto de los canales de drenaje del ojo durante el período prenatal. Se trata de una afección poco frecuente que puede ser heredada y requiere cirugía.
  • Otros tipos de glaucomas variantes del glaucoma de ángulo abierto y de ángulo cerrado: Glaucoma secundario, Glaucoma pigmentario, Glaucoma pseudoexfoliativo, Glaucoma traumático, Glaucoma neovascular, Síndrome endotelial iridocorneal (SEI). Existen diferentes métodos de tratamiento del glaucoma mediante el control de la presión intraocular. El tratamiento para el glaucoma incluye colirios antihipertensivos, cirugía láser (trabeculoplastia láser), cirugía convencional, implante de dispositivos de drenaje o una combinación de cualquiera de estos métodos. La Trabeculoplastía es una técnica indicada para las personas que sufren de glaucoma de ángulo abierto en sus primeros estadios. El cirujano utiliza un rayo láser para hacer que el ángulo de drenaje funcione mejor.

Normalmente ocurre a partir de los 40 años y es una afección cuyo riesgo de padecer aumenta con la edad. Aun así, como hemos mencionado, existen casos de glaucoma que comienzan en edades tempranas de la vida.

El glaucoma se detecta a través de un examen oftalmológico completo. Este examen incluye:

  • Prueba de agudeza visual. En esta prueba se usan optotipos y una escala para medir la vista a diferentes distancias.
  • Prueba del campo visual. Esta prueba mide el potencial para la visión periférica. Ayuda al oftalmólogo a determinar si usted tiene una pérdida en la visión lateral, una señal de glaucoma.
  • Examen con dilatación de las pupilas. De este modo, el oftalmólogo examina a través de un lente de aumento especial la retina y el nervio óptico. Puede observar, así, si existen daños o problemas oculares.
  • Tonometría. Se utiliza un instrumento para medir la presión del ojo.
  • Paquimetría. Se aplica una gota en el ojo para anestesiarlo. El oftalmólogo utiliza un instrumento de ondas ultrasónicas para medir el grosor de la córnea.

En Clínica Nivaria recomendamos que la revisión para glaucoma constituya parte de los exámenes oculares de rutina en niños, adolescentes y adultos. Por tanto, seguir las revisiones oftalmológicas periódicas son primordiales a la hora de prevenir, diagnosticar y tratar cualquier afección ocular.